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Las vacunas son esenciales para la salud de nuestro gato y prevenir ciertas enfermedades, que sin ellas, tal vez no podrían superar. Al nacer, las únicas defensas que poseen, son las que le ha transmitido su madre durante la gestación y posteriormente en la lactancia. Con el amamantamiento el gatito se nutre de las defensas necesarias para pasar protegido los 30 ó 40 primeros días de vida. Después necesitará su vacunación, en las fechas fijadas por nuestro veterinario, para inmunizarse de forma correcta.

vacunación para gatitos

Los gatitos necesitan ser vacunados

La transmisión de ciertas enfermedades víricas es posible de madres a hijos por lo que es recomendable testar frente al menos las más frecuentes como pueden ser Leucemia e Inmunodeficiencia felina, antes de vacunar por si los gatitos ya estuviesen afectados por dichos virus. Si el resultado es negativo, el gatito puede ser vacunado. Si por el contrario es positivo, el veterinario nos indicará las posibilidades al respecto ya que no necesariamente quiere decir que vayan a desarrollar la enfermedad.

El protocolo de vacunación debe ser individualizado. A continuación os mostramos un ejemplo de protocolo completo:

Pautas de vacunación recomendadas

  • A las 8 semanas de edad aproximadamente: 1ªLeucemia felina
  • En 15 días: 1ª Trivalente felina (previene; calicivirus, panleucopenia y rinotraqueitis vírica felina)
  • En 15 días: 2ª Leucemia felina
  • En 15 días: 2ªTrivalente felina
  • En 15 días: 1ª Rabia (La legislación recoge que el gato debe ser identificado mediante microchip y abrirle su pasaporte oficial antes, o en el mismo momento que se aplica esta vacuna)
  • En un mes: 2ª Rabia

En la legislación actual andaluza la Rabia es la única vacuna obligatoria para los gatos (al igual que para perros y hurones) teniéndose que aplicar dos dosis el primer año. Pero conviene ser conscientes de que son las demás enfermedades las más habituales y frente a las que nuestros gatos están más expuestos. Una revacunación anual permitirá que su sistema inmune se mantenga resistente a dichas enfermedades a lo largo de su vida.

Queremos hacer mención especial a la Inmunodeficiencia Felina FIV, ya que a día de hoy es una de las enfermedades víricas más extendidas y no existe vacuna para su prevención. Es una enfermedad infecto-contagiosa que afecta a los felinos, causada por un virus inmunosupresor de la familia retroviridae que favorece la aparición de infecciones secundarias y enfermedades concomitantes.

Las defensas bajas, características de los gatos que padecen esta enfermedad, suele reflejarse en el estado anímico del felino, de forma que puede estar decaído e inapetente. Otros síntomas que pueden manifestarse son la diarrea persistente, la fiebre, la conjuntivitis o la anemia, aunque la variedad de signos clínicos del gato infectado por el virus es amplia y diversa.

La mejor defensa contra el FIV es evitar el contacto del gato sano con congéneres infectados con el virus. La relación con gatos desconocidos, sobre todo si viven en la calle y no tiene un control sanitario adecuado, puede resultar una vía de contagio para nuestro gato.