Los ojos de nuestro perro capturan ondas de luz que el cerebro y la red neuronal del animal convierten en imágenes. La visión de estos pequeños amigos funciona mejor cuando tienen los ojos sanos. Lamentablemente, las lesiones pueden dañar las estructuras de sus ojos y hay otras enfermedades que también pueden afectar la vista de tu perro.
Presta atención si tu mascota se está arañando, frotando o muestra signos de dolor o irritación alrededor de los ojos.
Aquí os presentamos los diez trastornos oculares más comunes que plantean nuestros veterinarios del Puerto de Santa María:

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Blefaroespasmo
El blefaroespasmo es un signo clínico de que tu mascota tiene un problema relacionado con los ojos. Sus ojos parpadean rápidamente debido a las contracciones involuntarias del músculo orbicular del ojo del párpado y hace que el párpado se vea rojo, hinchado y cerrado. Estos perros a menudo tienen picazón en los ojos. Se tocan o frotan la cara o los párpados, lo que puede dañar el tejido circundante.
Las causas del blefaroespasmo son entropión, alergias e infecciones. Otros factores desencadenantes son tumores, trastornos inflamatorios, sarna, trastornos nutricionales y problemas endocrinos. Los irritantes ambientales, como el humo del tabaco, también pueden iniciar la afección.
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Ojo de cereza o prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado
Los perros tienen tres párpados: dos son visibles, uno está oculto. El tercer párpado se encuentra en la parte ventral de los ojos y en condiciones normales no se ve. La estructura tiene glándulas lagrimales invisibles y también tiene ligamentos que lo sujetan en su lugar. La glándula lacrimal del tercer párpado puede abandonar su ubicación normal, en este caso sobresale sobre el párpado inferior, por lo que parece que el canino tiene una pequeña ‘cereza’ en el ángulo nasal del ojo. En muchas ocasiones son anomalias genéticas las que causan esta condición por lo que es típico en algunas razas como el bulldog ingles.
En otras ocasiones la glándula se inflama a causa de un traumatismo o infección y puede aumentar de tamaño y prolapsar. Este problema suele afectar a ambos ojos con el tiempo.
Para tratar el ojo de cereza, generalmente se necesita un procedimiento quirúrgico para restaurar el tercer párpado a su posición correcta. En La Arboleda disponemos de equipamiento y personal especializado para corregir este trastorno.
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Heridas corneales y esclerales
La córnea es un tejido transparente en forma de cúpula que cubre la capa más visible del ojo. La esclerótica de un perro es la porción blanca del ojo. Estos delicados tejidos similares a la piel pueden dañarse cuando tu mascota juega en la calle o el campo. La arena o las ramas pequeñas pueden erosionar los ojos y causar lesiones. Otras causas de úlceras o heridas corneales o esclerales incluyen problemas anatómicos preexistentes como el entropión o los pelos ectópicos, ojos secos y peleas con otros animales. El tratamiento de las úlceras dependerá del origen y de la intensidad de la lesión y en algunos casos requieren cirugía.
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Trastorno del ojo seco
Ocurre cuando los perros tienen deficiencia en la porción acuosa de su película lácrimal. Se produce una sequedad de la superficie del ojo lo que conlleva un exceso de producción de mucosidad en el ojo para intentar protegerlo, a su vez, se produce inflamación corneal, depósito de pigmento e inflamación de los párpados. Hay varias causas que pueden originar ojo seco, en la mayoría de los casos es genético pero también pueden producirlo enfermedades sistémicas, tóxicos, algunos medicamentos y causas neurogénicas.
Esta condición afecta principalmente a bulldogs, cocker spaniels, Shih-Tzus, Lhasa apsos y terriers.
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Conjuntivitis
Dentro de los párpados de los perros hay unas membranas mucosas llamadas conjuntivas. También cubren ambos lados del tercer parpado y partes del globo ocular.
La conjuntivitis es un término que significa inflamación de la conjuntiva. Los síntomas incluyen conjuntiva enrojecida o irritada, descarga y dolor. Muchas afecciones pueden causar conjuntivitis en perros, como las pestañas que crecen hacia adentro, las reacciones alérgicas y las infecciones virales y bacterianas.
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Glaucoma
El ojo mantiene una presión constante al equilibrar el drenaje y la producción de fluidos. El glaucoma ocurre cuando este proceso se desequilibra y aumenta la presión dentro del ojo. Los síntomas incluyen dolor ocular, enrojecimiento, aumento de lagrimeo, córneas turbias o azuladas, pupilas dilatadas y ojos color cereza. Se trata de una urgencia veterinaria.
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Cataratas
Los perros tienen lentes transparentes en el medio de los ojos llamados cristalino. A veces esta estructura puede volverse opaca, áreas nubladas llamadas cataratas. Estas anormalidades pueden evitar que la luz llegue a la parte posterior del ojo causando problemas de visión. Se pueden desencadenar problemas de aumento o disminución de presión ocular secundarios a la catarata e incluso ceguera, dependiendo de su gravedad.
Las cataratas a veces se confunden con la esclerosis lenticular o el envejecimiento natural de los ojos del perro. Ambas condiciones dan una apariencia blanca lechosa o gris al centro negro de sus ojos, pero es fácilmente diferenciable mediante un examen ocular realizado por un veterinario.
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Entropión
Es la eversión del parpado que se dobla hacia dentro del ojo. Este trastorno doloroso hace que los párpados de un perro y como consecuencia sus pestañas y pelo rocen contra la superficie del ojo.
La irritación aumenta la producción de lágrimas en los ojos y también hace que las mascotas cierren los ojos por dolor. El entropión puede generar graves problemas en la visión como úlceras, hiperpigmentación, queratitis y en muchos casos requiere cirugía para corregirlo.
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Atrofia progresiva de la retina (ARP)
Esta enfermedad ocular es difícil de detectar en perros. La atrofia progresiva de la retina puede desencadenar en ceguera.
Los canes con este trastorno tienen ojos de aspecto normal. El primer síntoma son los problemas de visión nocturna. La mayoría de las mascotas actúan de manera normal hasta que su vista disminuye.
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Luxación de la lente
La luxación de la lente o cristalino sucede cuando la lente sale de su área normal.
Puede producirse una luxación anterior cuando la lente se desplaza hacia adelante a través del iris quedando alojada en cámara anterior, o una luxación posterior cuando la lente cae hacia atrás y se localiza en cámara vítrea o posterior.
Las cataratas y los problemas de presión ocular favorecen la aparición de este problema, aunque algunas razas tienen una mayor predisposición.