El final del año suele ser un momento de celebración tanto con familia como con amigos. En general, suele ser una noche que se celebra con fuegos artificiales, petardos en las plazas y pirotecnia en general. Mientras que unos los disfrutan, las mascotas los temen, incluso a veces con terribles consecuencias.
El temor de los perros a los ruidos fuertes
¿Has observado que tu perro se asusta cuando oye un petardo? ¿Quizá se esconde? Pues no te sorprendas, porque se trata de un comportamiento muy habitual. Hay varios motivos por los que los perros pueden temer los cohetes o los truenos:
- Que nuestro perro no esté acostumbrado a este tipo de ruidos.
- Una actitud negativa por parte del dueño: abrazos, comentarios fuera de lugar, etc. cuando suena este tipo de ruidos. Lo mejor es actuar normalmente como si fuera cualquier otro para que nuestra mascota no se preocupe. Si nosotros estamos tranquilos, el también lo estará.
- Que haya tenido alguna experiencia negativa como, por ejemplo, una explosión cercana.
El problema de este miedo es que no es solo un susto, sino que esto puede conllevar consecuencias muy negativas para nuestro amigo. El problema viene cuando el miedo no se controla y se desarrolla hasta provocar ansiedad, taquicardia, hiperventilación o incluso un infarto en los casos más extremos.
¿Qué hacer si nuestro perro se asusta?
Lo primero que hay que hacer es mantener la calma. Por lo general, si nuestro perro ve un comportamiento normal en el humano, será más probable que no perciba el ruido como un peligro. Además, es necesario aprender a NO fomentar el miedo, ¿cómo? Lo mejor es no proteger al animal con caricias y abrazos, ya que refuerza la actitud de miedo. Así, las caricias deben llegar cuando se tranquilice.
Además, si tu perro quiere esconderse no se lo impidas o no le saques a la fuerza. Déjale y actúa con normalidad.
Por otro lado, en la medida de lo posible, lo mejor es no dejar al perro solo en casa. Además, también es de ayuda cerrar las ventanas para amortiguar el ruido y generar otros diferentes, como por ejemplo los de la televisión o la radio.
Por último, también puedes intentar distraerle previamente si sabes que habrá ruidos. Además, si es posible puedes darle un juguete o un hueso cuando esté tranquilo para desviar su atención (por ejemplo, una vez que hemos cerrado la ventana).
En el mercado existen productos y también ropa que promete tranquilizar al perro y protegerle, aunque sin duda lo mejor es saber entrenarlo para que no pase miedo sin necesidad de artificios. Por ello, te animamos a que acostumbres a tu perro a los ruidos fuertes, para que el momentos extraordinarios no suponga un problema.
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