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Un gatito recién nacido necesita unos cuidados específicos que permitan garantizar su bienestar durante esta etapa tan importante para su correcto desarrollo y crecimiento futuro.

Es por eso que desde nuestro Hospital Veterinario te queremos dar algunos consejos clave para que tu pequeño felino esté protegido y crezca sano y fuerte.

Consejos para cuidar a un gato recién nacido

Si nuestro gatito cuenta con la protección de su madre, todo será más fácil, siendo ella la que se encargará de los cuidados básicos de los mininos como mantenerlos calientes o estimularles para que hagan sus necesidades.

En caso contrario, tendremos que desempeñar un papel clave a la hora de garantizar el bienestar de nuestro gatito.

 

 

Alimentación

Si nuestro gato tiene a su madre

En este caso, nuestro papel tendrá una naturaleza asistencial procurando que todos los cachorros puedan mamar y alimentarse del calostro (primer tipo de leche materna que se genera tras el parto).

Esto constituye una cuestión esencial para su desarrollo futuro, ya que, la leche materna, además de importantes propiedades nutritivas y energéticas, contiene anticuerpos fundamentales para el desarrollo del sistema inmune del gatito.

Por esta razón, nuestro pequeño felino no debe ser destetado hasta las 8 o 10 semanas de vida para que disfrute de todos los beneficios nutricionales, energéticos y a nivel inmunitario que le proporcionará la leche materna.

Si nuestro gato es huérfano o su madre lo ha rechazado

Si por cualquier motivo nuestro gato no puede contar con la protección de su madre, es recomendable que acudamos al veterinario para que este nos indique las pautas a seguir, siendo lo más probable que nos recomiende leche para gatitos maternizada, la cual pese a no ser tan beneficiosa en términos nutricionales e inmunitarios como la leche materna natural, nos permitirá que nuestro cachorro esté alimentado y crezca sano y fuerte a pesar de no poder alimentarse de leche de su madre.

Hemos de darle las tomas cada tres horas y también durante la noche, procurando que la leche se encuentre a temperatura corporal, similar a la que tendría la leche de su madre.

Proporciónale lugar confortable y seguro

Nuestros gatitos han de contar con un lugar cómodo y cálido en el que descansar y estar seguros, siendo de gran importancia esto último dado que los felinos son muy curiosos y de naturaleza inquieta, lo que puede provocarnos algún susto si no tenemos cuidado.

Para mantener su temperatura corporal podemos ayudarnos de toallas calientes o de bolsas de agua envueltas en paños o toallas. Es importante que lo mantengamos caliente también durante sus salidas al veterinario.

Ayudarle a hacer sus necesidades

Los gatitos recién nacidos pueden sufrir estreñimiento y dificultades para hacer sus necesidades en general, para lo cual su madre se encarga de realizar tareas de estimulación mediante masajes con la lengua en el vientre la zona genital y el ano.

En caso de que nuestro gato no tenga a su madre y padezca estreñimiento podemos ayudarle a hacer sus necesidades con una toalla o papel de cocina húmedo masajeando suavemente la zona hasta que logre hacerlas.

Desparasitación

Un plan de desparasitación es fundamental para que nuestro felino esté sano y protegido desde cachorro, ya que los parásitos tanto externos como internos representan un serio peligro para la salud de nuestro pequeño gato.

Para ello, hemos de visitar al veterinario en la tercera semana de vida del felino para que este lleve a cabo la primera desparasitación, lo cual repetiremos en la quinta, séptima y novena semana de vida, para luego pasar a realizar desparasitaciones mensuales.

Acudir al veterinario

Como hemos mencionado, debemos llevar a nuestro gatito al veterinario a partir de la tercera semana de vida para que, además de la desparasitación, este realice un examen de su estado de salud que permita detectar posibles patologías y que sea un profesional de la salud animal el que nos indique los cuidados específicos y adaptados a las circunstancias y necesidades de nuestro cachorro que el felino requiere.

En caso de que nuestro cachorro muestre síntomas de enfermedad (vómitos, diarreas, tos, falta de apetito, debilidad…) debemos adelantar la visita al veterinario para que se pueda diagnosticar el origen de los problemas lo antes posible.