Son aves monógamas y suelen emparejarse desde jóvenes y de por vida. Como muchas otras psitácidas no presentan dimorfísmo sexual, lo que quiere decir que NO son diferenciables hembras de machos solo por su aspecto, teniendo que recurrir a técnicas de análisis genético o endoscopia para averiguarlo, o esperar a su madurez donde su comportamiento o la puesta de huevos nos lo pueden orientar o confirmar.